sábado, 25 de abril de 2009

Para reflexionar

Cuentan que una noche, cuando en la casa todos dormían, el pequeño Ernesto de 5 años se levantó de su cama y fue al cuarto de sus padres. Se paro junto a la cama al lado de su papa y tirando de las sabanas lo despertó.
- Cuanto ganas papa?? - le pregunto-
- Ehhhh ¿¿¿ cómo??? - pregunto el padre en sueños…
- Que cuánto dinero ganas en el trabajo??
- Hiiijo son las 12 de la noche, anda véte a dormir!
- Sí papá, me voy a dormir, pero cuánto ganas en tu trabajo??
El padre se incorporo en la cama y grito:
- Te vas a la cama inmediatamente! Esos no son temas para que tú preguntes, y menos a media noche! Ernesto bajó la cabeza y se fue a su cuarto…
Al día siguiente el padre pensó que había sido demasiado duro, y decidió contestarle al hijo.
- Respecto a la pregunta de anoche...Ernesto yo tengo un sueldo de 2.800 euros, pero con los descuentos me quedan 2.200.
- Uhhhh cuanto ganas papi!!!!
- No tanto hijo, hay muchos gastos…
- Ah y trabajas muchas horas verdad??
- Si hijo muchas horas…
- Y cuanto dinero ganas cada hora?
- Pues no se, unos 20 euros y 60 centimos, mas o menos…
- Ahhh, asintió… entonces ya tienes mucho dinero no?
- Basta de preguntas, eres muy peqeño para hablar de estas cosas.
Un silencio invadió la sala, y se fueron todos a dormir. Esa noche una nueve visita de Ernesto interrumpió el sueño de sus padres. Esta vez traia un papel en la mano con números garabateados
- Papi, tu me puedes dejar 5 euros???
- Ernesto!!! son las 2 de la mañana! - se quejó el padre-
- Sí … pero… ¿ me puedes…
El padre no le permitió terminar la frase.
- Así que este era el tema por el cual no dejabas de preguntar por el dinero mocoso impertinente? Véte inmediatamente antes de que te coja con la zapatilla… fuera de aquí … A la cama vamos!!
Una vez más, esa vuelta a la cama, puchereando. Ernesto arrastró los pies hasta la puerta. Media hora después, quizas por la mala conciencia, quizas por la mediación de la madre, o simplemente porque la culpa no le dejaba dormir, el padre fue al cuarto de su hijo, desde la puerta le escuchaba lloriquear casi en silencio.. Se sentó en su cama y le habló:
- Perdoname si te grité, Ernesto, pero son las 2 de la mañana, toda la gente está durmiendo, no puedes esperar a mañana?
- Sí papa, contesto el niño entre mocos. El padre que traia en la mano su billetera, la abrió y extrajo un billete de 5 euros. Lo dejó en la mesita de noche y dijo:
- Está bien hijo aqui tienes el dinero que me pediste. El chico saltó de la cama, hasta su armario, de allí sacó una lata con monedas y algún billete. Añadió los 5 euros que su padre le acababa de dar y contó con los dedos cuánto dinero tenía. Después cogió todo el dinero entre sus manitas y lo puso encima de la cama.
- Ahora sí!!! - dijo Ernesto - llego justo a 20 euros con 60 centimos
- Muy bien hijo, qué vas a hacer con ese dinero?
- Quiero comprarte una hora de tu tiempo solo para mi ¿ me la venderas papa?

1 comentario:

  1. Desgraciadamente esto ocurre en muchas casas: Los padres absortos en unos trabajos de largas jornadas se quedan con poco tiempo para poder dedicar a sus hijos y en este tiempo estan tan cansados que no lo disfrutan.
    Valdría la pena buscar soluciones; encontrar un espacio común que hijos y padres puedan compartir y un tiempo de calidad para disfrutar.

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